lunes, 20 de marzo de 2023

Fallecimiento: Plinio Rafael Durán Alcántara

Plinio Rafael Durán Alcántara (1945-2023)

Nacemos solos, 
vivimos solos,
morimos solos. 
Todo lo que está en medio es un regalo.- Yul Brynner
 
 Después de varias semanas de intensa búsqueda, fue hallado sin vida el cuerpo de Plinio Rafael Durán Alcántara. 

Era normal que Plinio saliera a dar una vuelta por el pueblo, y que pasaran varias horas antes de que regresara a su casa. Por eso, en la madrugada del domingo 26 de febrero, cuando Plinio salió a caminar, a nadie le pareció raro. Sin embargo, cuando ya estaba por caer la noche y Plinio no regresaba, sus familiares se empezaron a preocupar. 

Amaneció el lunes, y cuando su sobrino y guardián, el profesor Tomás Pinales “Chichí” (quien estaba de viaje) llega y le dicen que Plinio no había regresado, éste inmediatamente acude a las autoridades. 

Rápidamente se movilizó la búsqueda de Plinio por parte de la Defensa Civil, el Cuerpo de Bomberos, y la policía comunitaria. Más adelante, se unirían en subsecuentes búsquedas comitivas formadas por residentes del mismo pueblo, munícipes de Ocoa, y por profesores (principalmente los profesores del Liceo Técnico José Fco. Bobadilla y el profesor Geury Sánchez). 

También las redes sociales se hicieron eco al llamado de que si alguien había visto a Plinio (para saber en qué dirección buscar). 

Nada. Nadie había visto a Plinio. 

Durante 20 días se mantuvo una constante y exhaustiva búsqueda, hasta que el pasado sábado 18 de marzo, en otra pesquisa integrada por Chichí, el regidor Máximo Romero, el profesor Juan Carlos de la Rosa la Paz, la profesora Lucía Ramírez, y el señor Barranquero, fue hallado el cuerpo famélico de Plinio. 

En la rivera parte arriba del Río de Villa Ocoa, en una parte que pasa por la finca de Barranquero (integrante de la comitiva), descansaba su cuerpo de 78 años ya sin vida. Así terminó la angustia e incertidumbre de la familia y de todo un pueblo que se había unido en su dolor. 

Se le dió cristiana sepultura ése mismo sábado en el Cementerio Municipal (cementerio viejo), morada final del ser humano hasta la llamada del Señor. 

Breve historia
Los padres de Plinio fueron Tomás Alcántara Durán y Dolores Cueva (ambos q.e.p.d.). 

Por ser un joven de buen carácter moral, tener buena ortografía, expresarse bien, y tener ciertos conocimientos generales de historia y otros temas, trabajó en el sistema educativo. Fue docente, aproximadamente de 1964-1968, en la comunidad de Miguel Martín, Guayabal. 

Cabe recordar que en aquella época, para ser maestro, no se necesitaba tener estudios universitarios; ni siquiera había que terminar el liceo. Una persona con las cualidades de Plinio (mencionadas arriba), y sobre todo con vocación y deseo de servicio, podía ser profesor. Y ése fue el caso de Plinio. 

Durante sus años de servicio gozó del cariño y el respeto de la comunidad, sus alumnos y compañeros. En ese tiempo, los maestros también eran vistos como una autoridad en la comunidad, y los padres otorgaban a los maestros el pleno derecho sobre sus hijos. Estos, a su vez, consideraban y veían al maestro como un segundo padre. A lo que los maestros correspondían esmerándose por dar lo mejor de su servicio y educación a sus alumnos. Este fue el caso de Plinio mientras fue maestro.

Lamentablemente, su servicio educativo duró poco, pués se vió afectado por cierto grado de depresión que lo llevó a dejar las aulas. 

Dejó las aulas, pero siguió teniendo una conducta ejemplar; era respetuoso, amable, no se metía con nadie, y seguía exhibiendo mucho de los conocimientos que lo llevaron a ser profesor. 

Con el tiempo, el estado de Plinio fue empeorando hasta llegar a convertirlo en un Plinio que simplemente caminaba por las calles del pueblo, con déficit de memoria, que no se metía con nadie, y le gustaba estar solo. 

Seguía siendo querido y comprendido por mayores, jóvenes y niños. No se sabe de ningún caso en que se le haya faltado el respeto, maltratado o burlado. 

Se sabe que tuvo pareja, con quien procreó tres hijos. Al momento de la desaparición que terminó en su deceso, Plinio vivía con su sobrino, el profesor Tomás Pinales, mejor conocido como Chichí, quien lo  cuidaba desde hacía muchos, muchos años.

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