El Debut del Batton Ballet

Por Máximo de la Rosa

Un político dominicano acuñó la frase “nadie había hecho tanto en tan poco tiempo” y se la vamos a tomar prestada porque nos llenó de asombro ver cómo se ha logrado tanto en una gestión municipal que se inició en agosto de 2010. Y que no se le ocurra a nadie pensar que estamos siendo lisonjeros, tumba polvos o cosa que se parezca, (ese no es nuestro estilo), sino haciendo justicia. Cuatro meses no son suficientes ni para organizar acciones u ordenar la casa como se dice, sin embargo, este ayuntamiento parece que tenía su agenda lista y clara, por eso pusieron manos a la obra desde que llegaron y los frutos están a la vista de todos.

Ponerse a reclutar niñas, seleccionarlas y prepararlas para formar parte de un batton ballet como el que vimos la tarde de este jueves no es tarea fácil y lograr la sincronía, la gracia y la coordinación exhibidas, muchos más difícil. Por eso decimos que esto solo puede ser el resultado de tener ideas claras de lo que se quiere hacer y lo demás se va logrando en el camino. Tendríamos entonces que ser mezquinos si no reconocemos que la maestra Elizabet Jiménez y la vice Mary de los Santos no soñaron cuando se propusieron crear este elemento cultural, sino que se fajaron para lograrlo.

Las niñas lucían bellas con su nuevo uniforme limoncillo con blanco y da pena que los organizadores las condenaran a un recorrido tan largo y agotador, porque las pobres llegaron sin aliento a la plaza del parque donde les esperaba la presentación principal. De todos modos, no pudo quedar mejor, sobre todo cuando el mayor porcentaje del público que las vio actuar estabas compuesto por niños y niñas que vivieron cada paso, cada movimiento, cada rutina y coreografía de las alegres damitas que, bajo la dirección de Elizabet, hicieron derroche de su aprendizaje.

La banda de música, nuestra banda de música, acompañó al batton ballet desde el ayuntamiento, el alcalde y los regidores también lo hicieron, pensaron que era una caravana y tomaron la General Cabral, la Independencia hasta el dispensario, Duarte hasta el parque, ufff..., que abuso, por suerte la niñas tenían su público que las siguió animándolas en todo el laaaaaargo recorrido. Que ni se les ocurra otro día. Hasta los reporteros sudaron la gota gorda. Pero valió la pena. Sí señor… y señora.