En la Cena Popular no Todos Pudieron Cenar

Por Máximo de la Rosa

Padre Las Casas.- El gobierno dominicano, a través de los comedores económicos, ofreció una cena a la gente de bajos ingresos de esta localidad, donde cientos de personas acudieron con la esperanza de comer un plato de los que se ofrecieron conteniendo alimentos propios de la época navideña, aunque no todos pudieron alcanzarlo.

La cena fue anunciada para las seis de la tarde, pero no fue hasta las 7:40 de la noche cuando se inició oficialmente con un breve acto en el que el Lic. Nelson Piña dio la bienvenida y el padre Colón pidió la bendición para los alimentos. Luego habló la Lcda. Providencia Montás a nombre del director de los comedores económicos y Fernando de los Santos, alcalde municipal clausuró el breve acto, invitando a los comensales a disfrutar de la cena preparada.

Pasadas las 8 de la noche un grupo de señoras comenzó a servir los platos y otras a llevarlos a la mesas preparadas para el propósito, parece que comenzaron tarde, porque todavía a las 9 no se habían completado las mesas donde 48 personas, aproximadamente esperaba su cena. Todo parecía tranquilo y en orden, pero la gente comenzó a desesperarse, primero los grandes y después los niños. Se agolparon en la puerta por donde salían las bandejas y ni la policía podía contenerlos.

Los primeros en comer fueron los integrantes de la mesa de honor: Nelson Piña, Fernando de Los Santos, Radhamés de la Rosa, Andrés Veloz, Eddy Cuevas, los regidores Leandro Lebrón y Germania Adames, presidente y vicepresidente del Consejo de Regidores, el padre Colón y otros dirigentes del partido de gobierno, aunque debieron ser los últimos, por ser los anfitriones.

La gente siempre cree que se acaba la comida y queriendo ser de los primeros, provocan desórdenes que dañan cualquier actividad. Lo importante es que muchos pudieron comer, aunque algunos no alcanzaron el deseado plato y las quejas no se hicieron esperar. Efraín Aybar: “eso es solo pa lo peledé”; Marcela: “ni a mí que estoy aquí mimo me dieron su comida”.

El esfuerzo de la señora Montás por dirigir personalmente el servicio de la cena no dio los resultados esperados y qué pena, porque todo parecía bien organizado, pero no debieron esperar tan tarde, tenían que tener servidos los platos, de manera que, terminado el acto, se comenzara de una vez a llevarlos a la gente. El gesto es bonito, pero presenciar la necesidad y el hambre que manifiesta la gente deja a uno con un sabor amargo y con la impotencia de no poder hacer nada.

La iniciativa es bonita, pero a ver si se animan para hacerla por lo menos 12 veces al año, una por mes, porque esperar un año para comer un plato se hace para muchos, demasiado tarde.