domingo, 25 de agosto de 2013

Mas Entrevistas a sobrevivientes del Ciclón David y fotos de fallecidos

Continuación del relato del Ciclón David y su impacto en Ocoa de Padre Las Casas

Fresolina Garabito (Freso)
La tarde del 29 de Julio, del año en curso, realice visita a casa de Doña Fresolina Garabito, conocida como Freso, otra testigo importante de los sucesos, productos del Ciclón David.

Tengo la imagen en mi memoria de esta señora ya entrada en edad, pero con una mente lúcida y con capacidad de diálogo. Recuerdo la dulce y acongojada voz de esta, haciendo uso de sus recuerdos de aquel inolvidable evento, el cual marcó la vida de todos los que residían en aquel pequeño poblado.

Doña Freso, no dejo que formulara mi pregunta y de inmediato inicio de la siguiente manera: “nunca pensé nada igual, Ocoa Viejo, era un paraíso, donde todos compartíamos como buenos hermanos, pero en el Ciclón David quedamos sin nada.
Se sitúa en el escenario de su querida Ocoa y me ubica indicándome que su casa estaba en la calle principal, específicamente en los alrededores de la Iglesia y la Escuela, donde se ahogaron muchas personas.

Todos cuantos habitábamos en la parte baja no le dimos la importancia de lugar a dicho fenómeno atmosférico, todo el día, transcurrió con normalidad, como a las 11: 00 de la noche recuerdo empezó a llover con más fuerza, pero no algo que intimidara.

Cuando vi, la realidad de David, Salí huyendo a la Escuela, donde estaban mis dos nietos, en mi lucha por salvarlos recibía los golpes de los pupitres, casi ahogándonos.


En medio de tal desastre, perdí mi negocio y una de mis hijas más queridas, de nombre Ivelisse Amancio (foto), junto a su niña de 6 años, una muchacha muy bella, quien se desempeñaba como profesora en Monte Bonito.

Luego de este triste hecho, me llevaron al alto y en el camino hallé a mi esposo, Ramón Amancio, a quien se le ahogaron varios de sus familiares.

Al otro día de estos sucesos Arístides Santana, nos traslado a casa de Don Henríquez Cabral, en el Barrio Santa Ana, cerca de donde estaba la antigua manicera, de ahí me mude a casa de una señora que tenia por nombre Dolorita y cuyo apellido no recuerdo, tiempo después una corta estadía en los barracones, trasladándome luego a una casa que esta frente a la familia Mariñez, en la calle Amaury Germán Aristy ya para 1982, me mude a esta casa, ubicada en la Activo 20-30 No. 3.

Termina, doña freso diciéndome, “la vida en Ocoa, era una vida color de rosas, una familia unida y de un momento a otro el río acabo con todo”.

Profesor Maximiliano Adames
La noche del 30 de julio, del presente año, mientras regresaba de hacer una entrevista a doña Carmen Celia Veloz, hice una parada en casa del Prof. Maximiliano Adames, quien con mucha amabilidad accedió a ofrecerme todas las informaciones que necesitara. Maximiano se situó en aquel triste escenario de agosto de 1979, narrándome que en aquel entonces vivía en la casa que está instalada la fábrica de quesos de Bernardo Rosado Adames.

“Aquel día comenzó a sentirse una pequeña llovizna y los vientos aproximadamente a las 3: 00 p.m., y de un momento a otro cierta oscuridad. Luego aproximadamente a la 12:00 p.m. de la media noche se sintieron los fuertes efectos de David”.

“En la vivienda donde residía con mis padres no llegó el agua. Cuando sentimos los efectos, salí junto a otros familiares a movilizar unos animales, para que no murieran ahogados y luego de pasar el puente, estando del otro lado, no quería pasar y en medio de la discusión de si pasábamos o no, llegaron unos camiones cargados de alimentos para la población, mirando la imposibilidad de paso, nos trasladamos al pueblo y nos refugiamos en una casa que era propiedad de Andrés Veloz, quien murió ahogado. Todo cuanto pasó en la parte baja de Ocoa, fue causado por las grandes represas que se iban formando del lado arriba del rio, cuando esta agua era liberada, se acumulaba en la gran represa creada por los arboles en el puente, cuando no aguantó más explotó, causando dicho desastre”.

Me explica Maximiliano que para Agosto del 1979, Ocoa Viejo, era una pequeña meseta y para llegar hasta el río se bajaba una pequeña cuesta (subía).

F.- ¿Recuerda usted, el ambiente después de David?

M.- Era un ambiente tétrico, todo devastado por el pequeño Arroyo de Ocoa.

F.- ¿Cuántas personas murieron ahogadas?

M.- Yo fui una de las personas que junto a un sacerdote de nombre José Cruz de origen cubano y el psicólogo José Rijos, realizamos un censo con el objetivo de determinar el número de muertos y no murieron más de 105 personas.

F.- ¿Es exagerado, decir que murieron más de 315 personas?

M.- Puedo afirmar que si, ahora bien, cada testigo tiene su versión y es bueno tomarla en cuenta, pero este censo fue hecho despacio, hasta se creó un centro, cuyo nombre no recuerdo, donde las familias iban a reportar los casos y a recibir ayuda.

F.- ¿cuántos enterraron en la fosa común?

M.- El terreno en el que se realizó dicha fosa era propiedad de Máximo Adames (Min), quien fue mi padre. Recuerdo que en un principio se hallaron 27, luego se incrementó, debido a que hallaron restos de algunas personas, puedo decir que hay un total de 32 personas enterradas en la fosa. También se le dio sepultura en la fosa a una niña recién nacida, hija de Mireya Vicente, quien murió al nacer y por la imposibilidad de pasar al cementerio municipal, se enterró en la fosa.

F.- ¿Qué medidas se implementaron?

M.- Llegaron ayudas de organizaciones internacionales, así como del Gobierno dominicano, con el inconveniente de que éstas eran trasladadas al pueblo, para abastecer los almacenes de las personas influyentes de entonces. Recuerdo que don Jesús María Paniagua, ordeñaba las vacas y frente a la imposibilidad de entrada de compradores de Salud Pública y de San Juan de la Maguana, decidió donarla a los damnificados.

F.- ¿Cuáles fueron las familias más afectadas?

M.- La familia Adames fue una de las más afectada, donde murieron unas 40 personas. De esa familia recuerdo murieron: Inocencia Adames (Puna), Ramona Adames, Buenaventura Adames (Papo), Luisa Ramírez, madre de Papo, Reinaldo Matos Adames (Buga). Mis hermanos Bienvenido Adames (Cuco), a mi hermana cuyo nombre no recuerdo, pero que conocíamos como vieja, tiempo después se murió de la depresión, debido a que se le ahogaron 5 hijos. Otra familia muy afectada fue la familia AMANCIO, de ésta murieron: Hipólita Amancio (Pola), Tagó Amancio, Paso Amancio, Ramón Amancio, Chabela Amancio quien fue la madre de Cucho Soto, quien reside en Villa Ocoa Nuevo, frente a la Escuela Activo 20-30, entre otros. En la casa de José Altagracia (Güevito) murieron 6 o 7 personas, quienes eran nativos de Las Yayas.

F.- ¿Puede citarme algunos hechos dignos de formar parte de esta publicación?

M.- Recuerdo algunos hechos insólitos, como por ejemplo, algunas personas que se daban por muertas al otro día eran halladas, recuerdo una señora que fue localizada en su colchoncito, mientras los nietos decían: se ahogó mama. A Francisco Veloz (Francisco el mocho), el agua lo levantó hasta un tirante de la casa con un niño en sus brazos y allí pasó el ciclón. Sin lugar a dudas, fue una época difícil para la comunidad de Villa Ocoa Viejo, todo quedo devastado.

Otra de las grandes pérdidas en nuestra comunidad, fue la muerte de Neftalí Bobadilla (foto) y familia, el mismo es recordado como un hombre agradable y servicial. Desempeñó diferentes cargos públicos en Padre Las Casas, entre los que se recuerdan encargado del Servicio Postal (el correo) y encargado de Foresta durante los gobiernos del Doctor Joaquín Balaguer. En esta última posición se desempeñó muy bien cubriendo todo el municipio y dedicando todo su empeño a la protección y conservación de las áreas naturales especialmente los bosques.

Contrajo matrimonio con la Prof. Hipólita Amancio (Pola) (foto) con la cual procreó tres hijas: Desbie, Oleidy y Ninosca, las cuales murieron juntas durante el ciclón David. La otra hija, Orquidea murió antes del ciclón.

Cuando el ciclón David, vivía Neftalí con su familia en la calle Duarte frente a la Escuela Primaria Félix Mota entre el Ayuntamiento y el Banco Agrícola. Para la llegada del ciclón David, Neftali se encontraba en Villa Ocoa, pues su esposa Pola era oriunda de ahí y profesora en la localidad. Toda la familia de Pola vivía en Ocoa abajo como se le llamaba o en el llano, muy cerca del río. Para los aprietos del ciclón se les avisó a Neftali y a Pola (así como a todos los que estaban cerca del río) que debían salir de Ocoa por el peligro que representaba el río. Se les advirtió que debían venir para su casa, pero Pola, la esposa, no quiso aduciendo que ellos eran muchos (13), su madre muy mayor y un hermano minusválido y que ella no iba a dejar a su mamá y hermanos y primos solos pues los demás no querían salir ya que se sentían seguros donde vivían.

Neftali optó por quedarse con su esposa y la familia de aquella en el poblado, en la casa de la mamá de Pola que era más o menos segura pues era de buena calidad aunque de madera.

No valió que las autoridades pertinentes, hermanos, familiares y amigos les rogaran que salieran, pues se avisaba constantemente de lo peligroso del fenómeno atmosférico, pero nada ni nadie los hizo desistir. Se quedaron en Ocoa, en la casa se la mamá de Pola: Neftali, su esposa, sus dos hijas (una ya había fallecido) y 9 personas (familiares) mas; 13 en total.

Neftali, Pola, Debie, Oleidy y los demás fueron barridos por las aguas del río. Al otro día cuando el pueblo fue a ver, el panorama geográfico había cambiado por completo. No quedó ni una sola casa en pie de “Ocoa abajo”. Se fue Neftalí y toda su familia.

En esta foto un poco borrosa están algunas de la jóvenes que murieron aquella noche, las hijas de Neftalí, Belkis Amancio, entre otras.

Lucia Ramon Mendez
La tarde del jueves 24 de julio, del año en curso, realicé una visita a casa de la señora Lucia Ramón, ubicada en el centro del Villa Ocoa Nuevo.

Una vez en casa de doña Lucía, inicié la entrevista, haciéndole una sola pregunta, por el estado de convalecencia en que encuentra, por tanto le pregunté:¿podría usted narrarme su experiencia durante el huracán David?

“ El ciclón David para mí es una etapa inolvidable recuerdo que para agosto de 1979, yo vivía en la calle Mateo Adames, en la parte baja del sector de Villa Ocoa Viejo. Desde el jueves 30 de agosto, escuchábamos los rumores de la entrada del huracán, pero no nos detuvimos por estos avisos, continuamos con nuestras labores normales. El viernes 31 de agosto de 1979, empezamos a sentir los reflejos del fenómeno, empezó una llovizna ligera, nada que nos intimidara. A partir de la 7:00 p.m., se sentían los aguaceros y el ruido del río, rugiendo, enfurecido, pero no le prestamos atención al mismo, ya para las 11:00 p.m., de la noche los árboles bajaban e iban atascándose en el puente, por tanto el puente se convirtió en una represa inmensa, cuyas aguas se devolvían hacia la multitud. Ya a esta hora de la noche, le decía a mi esposo, Oscar, (ahogado durante el ciclón) escucha el ruido del río, escucha, parece que se está acabando el mundo, a lo que el mismo me respondió, duérmete mujer no pasa nada”.

Me cuenta la señora que una hora después el enfurecido río atacó su vivienda, derribando una pared y a través de la misma se tragó a su esposo, Oscar Lebrón, junto a sus dos hijas Alba Luz Lebrón (foto) y Auelca Lebrón, “logrando salvar mi vida porque Dios me sostenía”.

Me narra, triste y obligando a su memoria ya cansada a situarse en aquel instante, expresándome: “Yo sufrí bastante durante David, con ayuda de Dios, logré subir hasta la parte alta de la casa, posteriormente fui rescatada por Eddy Amancio, quien es esposo de mi hija Yolanda Lebrón y Carlos Romeo Méndez (Yeco), fallecido”.

“Después del rescate, me trasladaron a la parte alta, a casa de una señora de nombre Pilón y durante el trayecto, solo escuchaba el clamor de la gente, tratando de ubicar a sus familiares desaparecidos y el llanto inconsolable de la multitud. Unos días después me trasladaron a Buena Vista, a casa de una familia, cuyo nombre no recuerdo actualmente, donde estuve hasta tanto finalizaran con la construcción de los barracones”.

“Después que estos estaban listos, me trasladé al que me asignaron, donde permanecí varios años, trasladándome a esta casita en la que resido actualmente. En conclusión, fue un día terrible, donde perdí a mi esposo y a mis dos hijas, cuyos cuerpos no pude volver a ver más, el río los arrastró hasta donde quiso, también se destruyeron mis tres casas, mi colmado y todo cuanto poseía, frete a tanto desastre estuve desconsolada durante un largo tiempo, actualmente, me pregunto cómo no quedamos locos frete a tal desastre”.

3 Deja un mensaje:

Anónimo dijo...

Conmovedoras las historias y cada una aporta algo nuevo, los sentimientos de desolación, la impotencia y el dolor son los mismos en todos los sobrevivientes y testigos presenciales, porque nadie salio ileso, emocionalmente todos fueron afectados, con la perdida de un ser querido por lo menos, aparte de sus propiedades.
que los que viven en la parte baja o el llano esten pendientes, en expectativa frente a la amenaza de cualquier ciclón y que obedezcan las instrucciones de la defensa civil, bomberos y autoridades, así como los consejos de amigos y failiares

Anónimo dijo...

TODO ESO LO VIVI YO ESE DIA.
QUEDE ENCIMA DE LA COCINA DE FRANCISCO VELOZ. HASTA AHI ME ARRASTRO EL AGUA DESDE MI CASA EN LA CALLE PRINCIPAL.
SOY JUANITA MATOS ADAMES.

Anónimo dijo...

QUE HISTORIA TAN TRISTE...!! YO TENIA 4 ANOS Y RECUERDO ESE DIA COMO AHORA. ERA TEMPRANO, CREO QUE NO ERA NI SIQUIERA LAS 4:00 DE LA TARDE, COMEZO A LLOVER DE UNA MANERA BASTANTE FUERTE Y MUCHO VIENTO, ME ASOME A LA VENTANA Y VI TIPO UNA LLUVIA DE GRANIZOS, LUEGO VEO MI ABUELA HINCADA ORANDO; ME DIO UN POCO DE MIEDO, POR QUE SE ESCHAVA EL VIENTO JUNTO A LA LLUVIA BIEN FUERTE... LA VERDAD, QUE AL MUCHACHO NO SE LE OLVIDA NADA..!!! SOY DE LOS INDIOS,DE LA FAMILIA HINOJOSA..

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